“Entre las estrellas se ve un planeta azul. ¿Alguien me puede decir cuál es?”, pregunta Simón señalando a la imagen proyectada del cielo de noche. “¡La Tierra!”, responde al unísono un grupo de niños entusiasmados. Llevan más de media hora dentro de una carpa disfrutando de las maravillas de la Astronomía que Simón García, profesor experto en la enseñanza de esta ciencia, les está descubriendo. El Sol, la Luna, Júpiter o la Vía Láctea son algunos de los lugares a los que los pequeños, de 7 años, han viajado imaginariamente durante esta sesión dentro del Planetario Viajero. A oscuras, bajo una cúpula en la que se proyecta el cielo y los astros, los niños prestan atención emocionados. A cada explicación de Simón le suceden las exclamaciones de sorpresa. Y es que la Astronomía es una de las ciencias que más fascina a los escolares. Sin embargo, apenas tiene presencia dentro de la enseñanza. Por ello, proyectos como este planetario móvil pretenden acercar el conocimiento del Universo a los colegios y despertar en los alumnos la vocación científica.
En los centros escolares, la enseñanza de la Astronomía está poco valorada frente a otras ciencias como la Geografía, la Biología o la Historia. Más aún, los pocos contenidos de esta materia se incluyen dentro de otras. Simón García, explica que esto se debe a que se considera una ciencia muy difícil. “Es un error que se margine esta disciplina por esto ya que precisamente es la que más interesa a los alumnos”, afirma. El entusiasmo con el que salen los escolares del planetario lo demuestra. “En la universidad te encuentras a una persona completamente formada pero que no sabe dónde está la Estrella Polar ni distinguir los tipos de planetas, y mucho menos conoce la estructura del Universo”, expone Simón.
No obstante, comienza a verse la luz en este campo aún a oscuras. “Los adolescentes se compran telescopios y libros científicos. Se puede observar un interés creciente por la Astronomía. Hasta los periódicos publican noticias sobre el tema con más frecuencia”, comenta José Antonio de los Reyes, asesor científico del Observatorio Municipal de Murcia. Precisamente, la cobertura que realizan los medios de las noticias sobre astronomía contribuye a aumentar el interés de los ciudadanos por ésta.
Por su parte, algunos docentes como Jesús López, profesor de Conocimiento del Medio de Educación Primaria, son conscientes de la necesidad de los conocimientos astronómicos para la formación de los alumnos. Jesús echa en falta una mayor presencia de esta materia en las asignaturas de ciencias y ha intentado que en sus clases la situación sea diferente. “El año pasado hicimos un museo astronómico dentro del aula y este curso estamos realizando un planetario colgado del techo”, explica Jesús. El mayor tesoro que acoge el museo astronómico de sus estudiantes es un trozo de un meteorito que cayó en Sudamérica y que está formado por hierro básicamente.
No es el único profesor preocupado por ampliar la enseñanza del Universo. Elena Vallejo, maestra de Educación Infantil, quiso que sus alumnos de 4 años participaran en el Planetario Viajero cuando visitó su colegio, a pesar de que la actividad estaba prevista para niños de cursos superiores. “Salieron del planetario encantados. Les gustó mucho descubrir las formas que dibujan las estrellas y hasta se aprendieron algunos nombres”, cuenta Elena. Precisamente, cuanto más pequeños son los niños, más curiosidad sienten por las cosas y es una ventaja que hay que aprovechar.
Por otro lado, Sensi Pastor, gerente del Observatorio Astronómico Municipal de Murcia, destaca también que el año pasado casi todos los colegios dedicaron su Semana Cultural a la Astronomía. “Poco a poco se va tomando conciencia de la importancia de esta ciencia en la enseñanza y hay una reacción positiva para solucionar la carencia que tenemos en esta disciplina”, afirma Sensi. “Por desgracia, no todos los profesores se han dado cuenta de esto. Aún queda mucho por hacer”, comenta la gerente.
Un bien social
Para fomentar la difusión de esta ciencia y dar a conocer su contribución a la sociedad y a la cultura, el año pasado fue declarado por la UNESCO como el Año Internacional de la Astronomía. Coincidía con la celebración de que 400 años antes Galileo había apuntado por primera vez al cielo con un telescopio. “De no ser por la revolución científica que comenzó con Copérnico en el siglo XVI seguiríamos con la mentalidad de la Edad Media. Todo cambió al dejar de ver los cielos como algo mágico, misterioso y divino y pasar a verlo como algo conocible, racional”, comenta Simón. Y no sólo es un referente en la evolución de la cultura y de la sociedad sino también en el desarrollo tecnológico: “A la exploración espacial le debemos Internet, el móvil y la televisión, entre otros avances”, añade el profesor.
En Europa y concretamente en España, la cultura científica está en crisis. La falta de vocaciones científicas y las pocas salidas profesionales que ofrecen las carreras de ciencias son algunas de las causas de esta situación. Pese al panorama nada esperanzador, encontramos iniciativas que promueven la divulgación científica y, concretamente, la astronómica. El mismo Simón García fundó en 1982 la Agrupación Astronómica de Murcia, y más tarde la Asociación para la Enseñanza de la Astronomía. Además, es miembro fundador de la European Association for Astronomy Education. En los últimos años, se ha convertido en uno de los responsables del Planetario Viajero, un proyecto en el que aplica su experiencia como planetarista desde hace 15 años.
Por otra parte, gracias a estas agrupaciones se ha impulsado la creación de dos observatorios astronómicos municipales en Murcia: el de La Murta y el de Cabezo de Jara. A ellos acuden sobre todo alumnos de institutos, que aparte de recibir conocimientos teóricos, realizan una sesión práctica en la que observan el cielo de noche a través de un telescopio, en busca de los objetos más importantes que se puedan ver. Estas visitas son gratuitas, abiertas a todos los que soliciten la actividad. Aparte de estos observatorios, cabe destacar la creación del Museo de la Ciencia y el Agua de Murcia, que cuenta con un planetario fijo y realiza una gran labor de divulgación científica.
El Planetario Viajero
Con todo, la iniciativa más atractiva en la Región de Murcia es, sin duda, el Planetario Viajero. Este planetario itinerante se lleva a los colegios que lo soliciten y va dirigido a todas las edades a partir de los 3 años. Los contenidos del planetario se adaptan a cada público gracias a la universalidad del lenguaje científico. Los niños descubren con esta actividad el origen del zodiaco, la relación de las estrellas con la superstición, la composición de los planetas, la formación de las supernovas o las formas de las constelaciones y sus nombres, entre otras cosas. Como explica Simón García, “cuando aprendes algo de forma visual y amena los conocimientos sobre eso no se olvidan nunca”.
En definitiva, las pequeñas incursiones de la Astronomía dentro de los colegios empiezan a cambiar el panorama negativo de la cultura científica. Es necesaria la enseñanza de esta ciencia desde edades tempranas para facilitar la asimilación de la materia y la familiarización con el Universo que nos rodea. Descubrir lo que hay más allá de nuestro planeta amplía las fronteras de nuestro conocimiento y facilita la apertura de nuestras mentes a nuevas realidades. Y es que la ciencia ayuda a mejorar el mundo, algo que aún tenemos que descubrir.
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